El gobierno corporativo es el conjunto de principios, normas y procesos mediante los cuales las empresas son dirigidas y controladas. Su objetivo principal es garantizar una gestión transparente, ética y responsable, alineando los intereses de los accionistas, directivos y otras partes interesadas.
Un gobierno corporativo sólido contribuye a la toma de decisiones estratégicas, mejora la confianza de los inversores y promueve el cumplimiento normativo, siendo clave para la sostenibilidad y competitividad empresarial en un entorno globalizado.
La identificación de riesgos es una etapa esencial que proporciona directrices para establecer una pauta de gestión de riesgos, implica reconocer y describir aquellos riesgos que podrían impedir a la organización cumplir con sus obligaciones legales y éticas.
Es un enfoque sistemático para reconocer y describir los riesgos que pueden afectar a la organización, ya sea en términos de cumplimiento normativo o en un contexto más amplio al identificar aquellas amenazas que podrían afectar la consecución de los objetivos de la organización.
El proceso de creación de pautas y políticas para la gestión de riesgos, orientado a la implementación de un gobierno corporativo efectivo, implica una serie de pasos estructurados que aseguran la identificación, evaluación y mitigación de riesgos dentro de una organización.
Implementar de manera rigurosa contribuye a la creación de un marco sólido del SGC, fortaleciendo la capacidad de la organización para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades de manera eficiente y ética.
La implementación y publicación de políticas y procedimientos del SGC en una entidad comienza con el compromiso de la alta dirección para establecer una cultura de transparencia y responsabilidad. Se analizan las necesidades organizacionales y se desarrollan políticas alineadas con los objetivos estratégicos, definiendo claramente roles y responsabilidades. Estas políticas se documentan formalmente y se comunican a todos los miembros de la organización mediante canales internos, asegurando su comprensión y aceptación.
La gestión de riesgos es un proceso dinámico que requiere monitoreo constante y revisiones periódicas para evaluar la efectividad de las políticas implementadas y realizar ajustes según sea necesario. por esta razón la eficiencia del SGC depende de establecer mecanismos de monitoreo y revisión periódica para garantizar su cumplimiento y eficacia, promoviendo una mejora continua en tanto en la alta dirección como en las prácticas cotidianas.
En México, la implementación de un Sistema de Gobierno Corporativo no es obligatoria para todas las empresas, pero es exigible para aquellas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) o emiten valores en el mercado bursátil. En este contexto, estas empresas deben adoptar prácticas de gobierno corporativo alineadas con el Código de Mejores Prácticas Corporativas, lo que incluye la constitución de un consejo de administración independiente, la creación de comités especializados y la implementación de políticas de transparencia y control interno.
Las empresas privadas no bursátiles no tienen una obligación legal general de implementar un SGC; no obstante, se recomienda ampliamente debido a los beneficios que ofrece, como la atracción de inversiones, la mitigación de riesgos legales y operativos, y el fortalecimiento de la estructura interna de la organización.
Además de los beneficios en imagen y reputación, existen elementos jurídicos en México que buscan incentivar mejores prácticas corporativas mediante la disminución de la carga legal hacia la entidad y la alta dirección, cuando se puede demostrar la existencia de una cultura de cumplimiento.
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